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Los días previos:

- Actitud positiva (eliminar pensamientos tipo: “yo no puedo”, “es demasiada materia”, “no me da tiempo”…)
- No estudiar después de comer.
- No comer en exceso, cuidar la alimentación.
- Hacer ejercicio físico.
- Contra la ansiedad: deporte y ejercicios de relajación.
- Hacer un plan de repaso y un horario de estudio.
- Hacer descansos y despejar la mente de vez en cuando.
- Estudiar solo una asignatura a la vez.
- Repasar todo el material acumulado.
- Recapacitar sobre lo que se estudia para asimilar y recordar mejor.
- Si el examen va a ser oral, hacer una exposición oral.
- Resolver y estudiar todos los exámenes pasados a los que se tenga acceso.
Las horas previas:

- No estudiar horas antes del examen.
- Dormir las horas necesarias.
- El día del examen, no hablar de él con los compañeros (aumenta el nerviosismo y puede disminuir la confianza en nosotros mismos).
- No intentar comprobar si se recuerdan todos los temas (antes del examen, la mente está en tensión.)
- Mantener la calma y confiar en uno mismo.
Durante el examen:

- Relajarse
- Leer bien las preguntas
- Leerlas todas; a veces, puede haber más de una que haga referencia al mismo tema y se debe decidir el enfoque y el contenido para cada una de ellas.
- Después de haber leído todas, si tenemos dudas, preguntar al profesor.
- Organizar el tiempo del que se dispone:
- Es necesario conocer el valor de cada pregunta porque no se le dedicará el mismo tiempo si está menos valorada.
- Hacer una distribución rápida del tiempo; Debemos dejar tiempo para el repaso.
- Podemos hacer un esquema que nos guíe durante el examen.
- Comenzar por las cuestiones que mayor valoración tengan y por las que mejor se sepan.
- Antes de contestar cada pregunta en particular, leerla varias veces hasta estar seguros de que la comprendemos. Buscar la palabra clave que indica qué hacer: explica, demuestra, define, calcula, encuentra…
- Después de contestar, leer nuevamente la pregunta y la respuesta y valorar si ésta responde efectivamente a la primera.
- Cuando no hay tiempo para responder alguna cuestión, se deben expresar las ideas básicas aunque sea de manera superficial; así se demostrará que efectivamente se sabía lo que se debía contestar.
- Procurar ser claro y breve; hacer bien un examen no consiste en escribir mucho sino en contestar con precisión a lo que se te pregunta.
- Dejar un espacio en blanco por sí al repasar surgen ideas nuevas.
- Revisión:
- Del contenido. Revisa si:
- Has contestado todas las preguntas.
- Las respuestas están completas.
- Hay errores de contenido.
- No recuerdas nada nuevo.
- La forma. Corrige:
- Las faltas de ortografía.
- Los posibles errores de estilo.
- Si has dejado preguntas en blanco, vuelve sobre ellas.
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