Se han detectado casos de estafas y malas prácticas de editoriales hacia los autores, son las llamadas Predators (Depredadoras) y (Secuestradas).
Aprovechando la vía dorada del acceso abierto y pagar por publicar, algunas revistas y editoriales han visto la oportunidad de conseguir el dinero de las tasas, ofreciendo una calidad editorial baja o nula (obviando los procesos de revisión, por ejemplo ).
Hay muchos fraudes editoriales, pero son especialmente numerosas las revistas y editoriales llamadas " depredadoras " y las revistas " secuestradas ".
En el primer caso hablamos de revistas con apariencia normal, pero que funcionan de forma fraudulenta, bien por la falta de procesos de revisión, por la suplantación de identidad en los comités editoriales, etc. Se trata de una casuística muy ancha, con el objetivo final de quedarse con el dinero abonado por los autores en concepto de tasa APC, sin cumplir con el compromiso editorial acordado.
En el caso de las revistas secuestradas, hablamos de un fraude del tipo web spoofing, donde un usuario no autorizado suplanta a la web de otro para obtener datos o, en este caso, el pago de las tasas a publicar. Se han llegado a secuestrar webs de revistas importantes como JAMA o la española Emergencias.
CARACTERISTICAS QUE IDENTIFICAN A LAS REVISTAS DEPREDADORAS
Características identificadas por investigadores del Ottawa Hospital Research Institute, de Ottawa, Canadá, que ayudan a identificar revistas fraudulentas:
- Interés por publicar investigaciones sobre un mayor número de temas, variados y amplios, que las revistas legítimas;
- APCs (costes de publicación) muy bajos, menos de US$ 150. Las revistas médicas serias no acostumbran a bajar de US$ 1.500 - 2.000;
- Imágenes difusas, distorsionadas o potencialmente pirateadas en sus webs (hecho observado en el 66% de las revistas depredadoras);
- Solicitud de los artículos por correo electrónico -a menudo a direcciones de correo-e no profesionales o no académicas- en lugar de a través de un sistema de gestión editorial de manuscritos tipo OJS;
- Falta de política sobre retracciones, correcciones, erratas y plagios (más de la mitad de las revistas legítimas declaran políticas para esos cuatro aspectos).
Caracteristicas de la Web del editor de la revista que nos pueden ayudar a detectar el fraude:
- Indexación: si en la web se indica que “algunos artículos han sido indexados en PubMed y PMC” deberían saltar las alarmas. Esto significa que los artículos cumplen con la Política de Acceso Público de los NIH. Mejor busca que la revista se indexe en alguna base de datos reputable como MedLine, Embase, WoS, por ejemplo. Y tampoco es lo mismo que hayan sido catalogados por alguna universidad importante a que hayan sido indexados en bases de datos con criterios de calidad. No, Google no sirve. Google Scholar tampoco. Nota sobre DOAJ: aparecer aquí implica mucho análisis; el proceso es largo y detallado para garantizar que la información que pueda ver un posible autor sea transparente y precisa.
- Lenguaje: utilizar “citado” en vez de “indexado”. Por ejemplo: “hay 91 citas de artículos publicados en WoS hasta junio de 2018, lo que implica un incremento de un 122% comparado con las 41 citas hasta junio de 2017”. Aquí, lo que la revista espera es que el posible autor se confunda entre las revistas que son citadas por las revistas de la WOS, y las revistas que son indexadas por la WOS.
- Contenido: lee alguno de los artículos publicados en esas revistas: ¿la gramática es buena? ¿indican los autores de dónde son? ¿el método indicado en el artículo es de fiar?
- Promesas de publicación: busca el tiempo de respuesta de la publicación: si sólo son unos días, ya tenemos una gran señal de alarma; varias semanas es más realistas, pero aún así arriesgado.
- Comité/consejo editorial: busca las credenciales de la junta editorial (verifica algunas en Google) y las afiliaciones. Ejemplo: ¿El dr. John Smith realmente trabaja en la Clínica Mayo?
- Tamaño de la editorial: cuenta el número de revistas que maneja el sitio web: ¿el número de editores parece plausible para el número de títulos?
- Ubicación de la revista: ¿dónde se encuentra esta revista? Los títulos extranjeros [no anglosajones] son una parte vital de la medicina mundial, pero si no son francos sobre su ubicación, eso es otra señal de alarma.
- Coste para el autor: averigua, si puedes, si hay que pagar por publicar y, en caso afirmativo, si la cantidad es exorbitante.
- Diseño de la página web: gramática, estructura de las oraciones, frases descriptivas… todo eso pueden ser pistas. ¿Funcionan los enlaces? ¿Existe un apartado de “contacto”? ¿Es transparente quiénes producen la revista? Se aconseja comprobar tanto la “sensación” general del sitio (que no descarta una web falsa hecha profesionalmente) como comprobar algún artículo suelto publicado en esa revista o por ese editor
- Contacto: ¿la publicación se ha puesto en contacto directamente contigo como autor? Si es así, señal de alarma. La mayoría de las revistas de renombre están saturadas de solicitudes y raramente son ellas quienes piden artículos.
DETECTAR REVISTAS SECUESTRADAS
El caso de las revistas secuestradas es más complicado de detectar, dado que la apariencia de la web es en todo igual a la oficial. Se debe dudar si la dirección URL cambia sin aviso, o desaparece de repente: las revistas secuestradas no suelen permanecer más de varios meses en la web fraudulenta.
Cómo prevenirlos
Trabajar con revistas presentes en Web of Science, Scopus, Medline etc.
Comprobar las listas negras de Beall o " Stop Predatory Journal "
Utilizar la herramienta Think Check Submit para completar el proceso de enviar un artículo a una revista.
LECTURAS RECOMEDADAS SOBRE REVISTAS Y EDITORIALES DEPREDADORAS